Reino
Unido ha dado luz verde esta semana al inicio de las pruebas al programa de los
primeros coches sin conductor con la inversión de 19 millones de libras por el
Gobierno de las Islas, en su intención de que el país lidere la movilidad con
vehículos autónomos.
Este
primer prototipo, bautizado como Lutz Pathfinder, ha sido concebido para el
transporte de pequeñas mercancías, turistas o personas con dificultades en su
movilidad. De él circularán hasta 40 unidades en la segunda mitad del año.
Como
factor diferencial frente a otro coche de similares características como el
prototipo de Google, este Lutz Pathfinder, que avanza orientado por cámaras,
radares y sensores, además de circular autónomamente, permite también al
conductor poder tomar el control del vehículo.
El
primer experimento, que llega tras la publicación de un informe por parte del
Ministerio de Transporte que revela que no existe ninguna barrera legal para
realizar pruebas de vehículos sin conductor en la vía pública, ha sido llevado
a cabo frente al emblemático pabellón O2 Arena, en Greenwich, al sureste de
Londres, una de las áreas en la que se realizarán los ensayos, junto a Bristol,
Coventry y Milton Keynes, en el este, centro y sur de Inglaterra,
respectivamente.
ACOGIDA
"La
tecnología de vehículos sin conductor tiene el potencial de generar un cambio
profundo en las carreteras del Reino Unido, lo que implicaría importantes
beneficios para la seguridad vial, la inclusión social, las emisiones y el
tráfico", explica Claire Perry, subsecretaria de Transportes, citada por
la agencia británica PA.
A
partir de aquí, el Gobierno británico publicará un código de prácticas durante
esta primavera para todos aquellos que deseen probar los vehículos sin
conductor en las carreteras del Reino Unido. Ya para verano de 2017, el
Ejecutivo promete una revisión completa de la legislación vigente, que podría
incluir cambios en la ITV (inspección técnica de vehículos) y el Código de
Circulación.
"Los
coches sin conductor harán que las personas tengan más tiempo", asegura
Perry, quien también destaca los beneficios en términos de seguridad vial que
estos vehículos pueden suponer: "Alrededor del 93 % de los accidentes de
tráfico están causados por un error del piloto", sentencia.
Sin
embargo, este coche futurista no parece convencer al gran público, ya que,
según una encuesta, el 48% de los británicos no estaría dispuesto a montarse en
uno de ellos. Además, este sondeo muestra que el 43% no confiaría en este tipo
de coches para conducir con seguridad, el 16% se manifestaron
"horrorizados" por él, y el 35% teme que su introducción en el
mercado suba su prima de seguros.
Fuente: Ecomotor.es
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