Es
la zona que no se puede ver de la parte trasera y de los laterales del
vehículo, aunque todos los espejos retrovisores esté bien regulados.
Para reducir la
posibilidad de llevarnos sorpresas inesperadas se recomienda:
- Orientar adecuadamente y comprobar con frecuencia los espejos retrovisores para detectar a
otros vehículos. Con ello evitamos el factor sorpresa en adelantamientos o
desplazamientos laterales.
- Girar levemente la
cabeza
minimizará considerablemente el citado espacio y evitará que tengamos un
accidente lateral.
-
Los avances tecnológicos que
incorporan algunos vehículos actuales (cámaras, radares o sensores de ultrasonido) son
las soluciones más modernas al problema.
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